La inscripción de una hipoteca en el Registro de la Propiedad es un trámite esencial para dotar de validez y eficacia frente a terceros a la garantía hipotecaria constituida sobre un bien inmueble.
Aunque el préstamo hipotecario nace del acuerdo entre las partes y la firma ante notario, la hipoteca no tiene efecto legal alguno hasta que se inscribe en el Registro de la Propiedad, según lo establece el artículo 1875 del Código Civil y la Ley Hipotecaria.
Finalidad de la inscripción hipotecaria
La inscripción cumple una doble función:
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Publicitaria: da a conocer la existencia de la hipoteca frente a terceros, garantizando la seguridad jurídica en el tráfico inmobiliario.
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Constitutiva: sin inscripción, la hipoteca no existe legalmente; el acreedor (generalmente el banco) no puede ejercer derechos reales sobre el inmueble ni ejecutar la garantía en caso de impago.
Documentos y requisitos previos
Antes de acudir al Registro, deben cumplirse una serie de pasos y requisitos formales:
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Firma de la escritura pública de préstamo hipotecario, otorgada ante notario.
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Deben comparecer el prestatario (deudor) y el prestamista (entidad financiera).
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La escritura debe detallar el capital prestado, el tipo de interés, el plazo, las condiciones de amortización, los gastos, la tasación del inmueble y las cláusulas de vencimiento o ejecución.
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Desde la Ley 5/2019, de Contratos de Crédito Inmobiliario, el prestatario tiene derecho a recibir información previa y gratuita del notario (acta de transparencia) antes de la firma.
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Pago de impuestos:
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El único tributo aplicable a la inscripción hipotecaria es el Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados (IAJD).
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Desde 2018, el sujeto pasivo es el banco o entidad financiera, no el cliente.
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Es necesario presentar el modelo oficial (modelo 600) en la Hacienda autonómica correspondiente.
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Presentación de la escritura en el Registro de la Propiedad competente, que será el del lugar donde se encuentre el inmueble hipotecado.
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Puede hacerse de forma presencial, telemática o a través del notario o gestoría.
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Procedimiento de inscripción
El proceso registral se desarrolla del siguiente modo:
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Presentación y asiento de presentación: al recibir la escritura, el Registro asigna un número de entrada y una fecha, otorgando prioridad temporal a la hipoteca frente a otras cargas.
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Calificación registral: el registrador examina la legalidad del documento, la identidad de las partes, el pago del impuesto y la corrección formal de las cláusulas (especialmente las cláusulas financieras).
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Inscripción definitiva: una vez calificada favorablemente, el registrador practica la inscripción en el folio registral del inmueble, dejando constancia del importe máximo garantizado, los intereses, la duración y otras condiciones relevantes.
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Devolución de la escritura inscrita: el Registro devuelve la escritura con la nota de despacho y sello registral, acreditando que la hipoteca ya figura inscrita.
Plazos y costes
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El plazo de inscripción suele ser de 15 a 30 días hábiles, aunque puede variar según el volumen de trabajo del Registro o si existen defectos a subsanar.
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Los aranceles registrales están regulados por el Real Decreto 1427/1989 y dependen del importe garantizado por la hipoteca, pero habitualmente oscilan entre 100 y 400 euros.
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Los honorarios notariales también están fijados por arancel y varían según el capital del préstamo.
Efectos jurídicos de la inscripción
Una vez inscrita, la hipoteca produce efectos plenos:
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Constitución del derecho real de hipoteca: el banco obtiene un derecho real sobre el inmueble como garantía del préstamo.
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Publicidad registral: cualquier tercero puede conocer la existencia de la hipoteca mediante una nota simple.
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Prioridad registral: la hipoteca inscrita tiene preferencia frente a otras cargas posteriores.
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Facultad de ejecución: en caso de impago, el acreedor puede iniciar la ejecución hipotecaria directamente, sin necesidad de una sentencia declarativa previa.
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Liberación parcial o cancelación: una vez amortizado el préstamo, debe otorgarse una escritura de cancelación de hipoteca, también ante notario, y posteriormente inscribirse para eliminar la carga del Registro.
Importancia práctica
Inscribir la hipoteca en el Registro de la Propiedad:
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Garantiza la seguridad jurídica de ambas partes.
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Protege al acreedor ante impagos.
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Permite al deudor demostrar que la carga existe y está correctamente documentada.
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Evita conflictos en transmisiones futuras del inmueble.
Sin la inscripción, la hipoteca no tendría eficacia jurídica y el banco no podría ejecutar la vivienda como garantía del préstamo.
Solicitar inscripción de hipoteca en el Registro de la Propiedad